Son las cosas pequeñas, los detalles insignificantes los que nos acercan poco a poco a la felicidad, aunque muchas personas intenten demostrar lo contrario.
De nada sirve la riqueza, el ser conocido y tener más que otros si no tienes con quién compartirlo.
Porque son las personas y la buena compañía lo que únicamente necesitamos para llegar a ese estado que todo ser humano desea con tanto fervor.
Personas en las que apoyarnos cuando otras nos pongan la zancadilla.
Personas que cada día nos roben una sonrisa.
Personas que poco a poco se van haciendo un hueco insustituible en la vida de cada uno.
Personas a las que quieres aunque pocas veces lo digas con palabras.
Simplemente... Personas que ya son parte de tí.
lunes, 9 de noviembre de 2009
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